La gira TFM 2015

Vídeo especial para nuestros fondeadores (La arquitectura del silencio en TFM Sudamérica)




REFLEXIONES SOBRE LA ARQUITECTURA DEL SILENCIO EN LA GIRA TFM 2015

Por Ángel Hernández (Director TFM/Tampico)
Susana Souto (Coordinadora general TFM/Montevideo),
 Fernando Scorsela (Coordinador Técnico TFM/Montevideo)
y Genny Galeano (Actriz Compañía de Teatro el Ghetto, México).



YO HE VENIDO A CONSTRUIR POR MEDIO DEL SILENCIO, LA MEMORIA DEL TIEMPO

Reflexiones en torno a la Arquitectura del silencio; Homenaje escénico a Andrei Tarkovsky 
Ángel Hernández

Ciudad de México, 16 de enero de 2016.

Yo he venido a construir por medio del silencio la memoria del tiempo.  He venido a realizar un viaje. Este viaje que nos lleva a encontrarnos por primera vez en esta estación imprecisa del camino. Este relato es mi voz y lo que engendra son instantes de negociación con lo imposible. Al parecer la guerra que se libra ahí dentro y fuera de esta habitación comprendida entre nuestros cuerpos que se recomiendan la calma o el sosiego de la brutalidad, es ahora nuestro espacio fechado de encuentro. Ahora, aquí como arquitectos de la ensoñación, colapsamos las estructuras de cualquier civilización pasada, para abrir paso a la construcción de nuestra propia, única e imperfecta ciudad.

Pensé en eso  luego de ver la Arquitectura del silencio; Homenaje Escénico a Andrei Tarkovsky  presentada por la compañía de teatro “El Gehtto”. Pensé en la construcción de aldeas de la memoria a partir  de esta oportunidad de reunirnos en lo que pudiera ser el único resquicio de asombro ante el episodio vivencial de lo inaudito. De vidas que fragmentadas inician un proceso de construcción in situ en el itinerario de sus pasiones ocultas, hoy reveladas a partir de la voz que les da cuerpo en lo invisible. Pensé en el silencio como en lo visible. En la capacidad de una sociedad secreta por reconocerse como partidaria de la gran revolución del mundo a partir de la ternura. De cierta belleza compartida luego del espanto y la conmoción del crimen enunciado en tantas vidas, lejanas y cercanas de la soledad.

Una escena viva, existente en este encuentro de tres hombres y dos mujeres, ciudadanos de una nueva nación detallada en la coexistencia, que como cómplices del mutismo (O intersticio donde el sonido dormita al interior) fundan su propio escenario, sobre la arena fina de sus vivencias. Podría decirse que en el acontecimiento, de reflejarnos frente a los ojos de esos habitantes que hoy han venido a sacudir el polvo de nuestras memorias, se distingue la posibilidad de una vida futura para el milagro de lo invisible: Espacio tiempo y sonoridad envueltos en una mima maquinaria para engendrar capítulos del pretérito inmediato e implacable de la memoria:

Esto no ocurrirá/ Esto no sucedió aquí/ Esto hace que suceda, el peligro inminente de entender el filo de la soledad.

Aquí vinimos a refugiarnos luego de que calló la bomba. Dentro de un bunker construido con la materia prima de lo intangible, asimilado en un fin del mundo donde las trayectorias erráticas que componen el curso natural del desplazamiento de los mamíferos, nos han traído hasta aquí.  Y ahora aquí cantamos, pero esta canción no comienza con música, si no con un mutis piadoso por la presencia, quizá entendiendo que se trata esa de nuestra primera arquitectura. La arquitectura elemental y precaria. Quizá sabiendo que ese canto de delicadeza, complementa nuestra ventura por lo terrible y lo honesto de la poesía materializada en los terrenos irregulares del clandestinaje sutil. Una exposición de principios frente a la renovación de la fábula personal que da y rinde un homenaje a la soledad, partiendo del principio secreto, aun no revelado de la compañía.

Encuentro a esta arquitectura del silencio, como un paisaje poblado por el signo testimonial de la palabra construida en cuerpo material y etéreo, avecindados en la honestidad de un discurso implacable del ser dialogando con la esperanza del vacío, la no remitencia, la llamada no contestada, el segundo bisiesto de la espera.

Encuentro un proyecto altamente experimental bajo la visión un director como Agustín Meza que siempre atento a las estaciones por las que atraviesa el cuerpo de sus actores, los vuelve astronautas de su espacio interior, en un recorrido que se identifica como el viaje hacia algún lugar de nuestra propia galaxia planetaria.


Una voz que también se construye en cada habitante de ese segundo, a partir del silencio como heredero de lo interpretable, como un terreno ganado para la edificación de ese segundo de silencio instalado en el espejo fragmentado de las realidades que participan en el otro.

Esto se dice por primera vez. Esto evoca una anarquía de la arquitectura humana a partir de la auto confesión. Esta confesión de brutal naturaleza humana. Este recorrido sensorial entre los orígenes de la palabra misma. De un teatro que se reinventa a sí mismo para dejar de serlo, para dejar de ser teatro y en vez de esto, colocar un letrero de precaución donde se lee: “Zona en construcción de poéticas habitables” Poéticas que transcurren en el cauce de un río donde transcurre el tiempo y la levedad, el frío y los instantes de  llanto y la ternura. Del nacimiento primero de una niña que vendrá a  cambiar el mundo. El espacio como ecuación del silencio y la verdad como un refugio que se vuelve visible una vez que los duendes aparecen para compartir el instante de nuestro propio secreto...




La Arquitectura del Silencio.
Compañía de teatro EL GHETTO (México)
Dirección: Agustín Meza


Montevideo, Uruguay, 14 de enero de 2016.

Al lado del río todo se escucha distinto.  
Los pájaros y los humanos se abrazan y sueñan sueños de grandes vuelos.
El silencio tiene ahora colores distintos: los de la voz de algún niño en paisajes infinitos, escena eterna de El Sacrificio. 
Mapa de sonidos y silencios, de pequeños relatos en los que todos nos reconocemos y el calor de la tierra que abraza nuestros frágiles pies ya desacostumbrados al arraigo. 
Susurros al oído en un mundo lleno de gritos. 
Caricias a nuestras espaldas anhelantes de descanso. 
Sanación o al menos alivio... 
Calma y sincera complicidad. 
Copresencia 
Inmediatez del encuentro.
Teatralidad Menor al decir de Sanchis,
Y aceptación del carácter minoritario del hecho teatral.
Reducción, despojamiento y sustracción.
Reposicionamiento del público en la cultura mediática de lo espectacular como un hecho casi litúrgico. "... simultaneidad espacial y temporal de un colectivo de intérpretes y un colectivo de receptores; si admitimos que la copresencia de ambos es la condición de los complejos procesos de identificación y participación que en tal encuentro se desarrollan, entonces la única posibilidad de que el teatro siga existiendo(...) es incrementar estas dos presencias. Crear las condiciones para intensificar la presencia, la incandescencia del actor en escena pero también la presencia del receptor, la vivencia participativa del espectador en la sala, durante ese fugaz encuentro que la representación instaura." (Sanchís Sinisterra. Fragmentos de un discurso teatral)

Susana Souto (Coordinadora general TFM/Montevideo)
                                                                                  

Un teatro que se hace  de uno a uno, de mirada a mirada, de respiración a respiración. Una experiencia para vivir con todos los sentidos, donde nuestro cuerpo juega un rol. Donde dejamos de ser "espectadores" o "público" y pasamos a ser un cuerpo en la escena que se conmueve con la respiración de estos cinco actores. Los pies desnudos se apoyan en la arena, los pies húmedos nos permiten sentir, nos dejamos sentir...
Maravilla, sorpresa. Se puede decir que es un teatro de la mirada y de la sorpresa, de la sorpresa de encontrar alguien que nos acompaña en este camino, en esta noche, en el sur de Sudamérica. Las historias se entremezclan,se confunden entre lo conocido y lo maravilloso.
Un teatro de lo simple, de lo leve, de dejar atrás lo cotidiano y de traer memoria de cada uno. Un teatro simple desde la propuesta de Diseño con una profunda impronta de la imagen, apoyada en la fortaleza del actor en escena. Simpleza de recusos, dos focos teatrales y una guirnalda de lamparitas incandescentes.
Un teatro de conmoción. Esa noche vi al Ghetto y escribí en mi libreta: "en la noche el Cerro se llenó de Magia, Amor y Miradas tiernas adornadas por pequeñas lágrimas... Ayer acaricie a la niña que viene pronto... Gracias a El Ghetto..."

Fernando Scorsela (Coordinador Técnico TFM/Montevideo)


Fuente



Querétaro, Querétaro, 15 de enero de 2016.

La poesía embriaga los ojos. Me encuentro rodeada de mis cómplices, nuestros pies se tambalean en la parte trasera de un buque, nuestro cabello se enmaraña con la brisa, y juntos miramos cómo se aleja lentamente la ciudad de Buenos Aires de nosotros, hasta volverse un puñado de minúsculas estrellas perdidas en la inmensidad de la noche. Viajamos en luna llena. Cruzamos el Río de la Plata, que a mis ojos es un mar. Nuestro destino: el Fin del Mundo y su teatro.

Amanece en Montevideo, y es allí donde nos recibe un ángel llamado Cindy que es la mismísima versión sudamericana de Gelsomina. Luego, el alojamiento en La Maga, un espacio lleno de colchonetas donde compartiremos la vida con un montón de artistas del fin de mundo durante los próximos días. Un viejo bandoneón fue testigo de tan fantástica conspiración. ¡Ahora lo entiendo todo, Cortázar! Teníamos que cruzar 4,707 millas para encontrar a "La Maga", la nuestra. La que nos enamoró con sus noches de fiesta, con esa cocina donde se fraguaron milagros, con la música y las risas eternas, con ese patio donde ensayábamos por la noche, con su dulce de leche por la mañana, y sus tragos de grapamiel por la noche.

Y más arriba: el Cerro de Montevideo. Cada mañana subir al Parador para encontrarnos con una legión de niños y adolescentes a los que solamente les ofrecimos fuego y de inmediato se volvieron nuestros aliados. Cruzar la yerba con la vieja grabadora al hombro y pisándole los talones a los duendes. Ellos jugaban fútbol. Nosotras al lobo, a las escondidas, a las traes, al reloj... y al mismo tiempo, en la cochera escondida por la maleza se construía La Arquitectura del Silencio, ésa, la del sur, la que sólo podría suceder allí, para ese público tan único, tan simple, tan extraordinario.

Ha llegado la noche, nuestra noche. Se enciende la serie de luces, se mezclan el pasto y la arena en nuestros pies, se encuentran las miradas inquietas, se comparten las historias, las sonrisas, los anhelos, la vida, la nostalgia, los abrazos en silencio. Un silencio que guarda un misterio.

¡Qué curioso! Unos días antes nos advirtieron que no subiéramos al Cerro. Dicen que allá arriba es peligroso, que allá arriba roban... Totalmente cierto: en ese cerro nos robaron el corazón.

Genny Galeano (Actriz Compañía de Teatro el Ghetto)

























TEASER DE LA ARQUITECTURA DEL SILENCIO EN TFM SUDAMÉRICA

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